Seleccionar página

Hace ya un tiempo que se me pasó esta reflexión por la cabeza. Concretamente un día que iba a comprar dando un paseo. -Aunque lleve ya varios años viviendo en el mismo pueblo no sé ir directo a algunos sitios. Sin embargo al final, dando algún que otro rodeo, siempre llego a mi destino-. Llevaba ya un rato caminando y pensando en mis cosas cuando de repente me di cuenta que no tenía ni idea de dónde estaba, ni hacia dónde tenía que ir. Ni siquiera de forma aproximada.

En ese momento me dio por pensar en cuál sería la mejor solución posible para una situación así, y aunque no encontré respuesta si que lo hice a otra pregunta: ¿cuál sería la peor opción? Sin duda quedarme quieto. Quizá no sea tan mala opción si estamos perdidos en el campo y hay un equipo de rescate buscándonos, pero a mi nadie me buscaba ese día. Ni suele pasar tampoco cuando nos sentimos pedidos, ¿verdad?

Si no sabes qué hacer con tu vida, prueba muchas cosas. Si no sabes dónde quieres vivir, viaja. Si no sabes que hacer, ¡haz algo! ¡Lo que sea! Pero muévete, no te quedes quieto. Los equipos de rescate son para las películas y, en ocasiones, para situaciones un tanto extremas del mundo real. No hay equipos de rescate en nuestro día a día así que si no te mueves nada cambiará, y eso significa que seguirás igual de perdido.

Si no cambias de dirección acabarás en el lugar exacto al que te diriges
Antiguo proverbio chino

Me encanta este viejo proverbio y además es aplicable a nuestro caso. Si no empiezas a moverte acabarás exactamente en el mismo sitio, ese en el que estás ahora y que no termina de convencerte ;)

Da miedo cambiar, lo sé, ya hemos hablado de ello en alguna ocasión, pero debería darnos más miedo no hacerlo, en especial cuando no nos gusta nuestra vida. Acostarse cada noche sintiéndote satisfecho es algo que no tiene precio, y conseguirlo no es tan difícil como piensas. Eso si, no es difícil, pero si requiere de mucho esfuerzo.

Después de lo que supongo que fueron unos instantes de reflexión (no sé cuanto tiempo pasó realmente) seguí caminando y menos de un minuto más tarde llegaba a mi destino. Lo hice por el lado contrario al que suelo llegar y por eso no me sonaba nada, pero como pude comprobar eso no significaba que estuviera lejos.

Estamos muy bien preparados para adaptarnos a los cambios, para aprender, pero si dejamos de hacerlo nuestros sistemas se deterioran. ¡Muévete! Quizá no llegues por la ruta más corta, pero si te quedas quieto ¡no llegarás nunca!