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La intuición también se equivoca

La intuición tiene muchas cosas buenas, pero como todo en esta vida, tampoco es perfecta. La heurística que utiliza la intuición para tomar decisiones o resolver problemas viene acompañada de una serie de sesgos que hacen que cometamos errores predecibles. El problema es que aún sabiéndolo, la probabilidad de seguir cometiéndolos es bastante alta.
Vamos a ver un ejemplo (simplificado) extraído del libro Pensar rápido, pensar despacio de mi tocayo Daniel Kahneman que espero os haga reflexionar, si no para evitar cometer este tipo de errores (algo altamente improbable, como comentaba al principio), al menos para ser conscientes de su existencia. El experimento propone asignar una probabilidad de pertenencia a un grupo basándose en una descripción de cada individuo (utilizaremos un grupo de 100 personas de las cuales 70 son ingenieros y 30 son abogados).

Os propongo que vosotros mismos asociéis una probabilidad después de leer la siguiente descripción de Juan, uno de los integrantes de nuestro grupo, antes de continuar leyendo.

Juan es un hombre de 30 años. Está casado y no tiene hijos. Es un hombre con aptitudes y muy motivado, y es una persona muy prometedora en su campo. Sus colegas lo aprecian mucho

¿Qué opináis? ¿Cual es la probabilidad de que Juan sea ingeniero?

Visión ciega, fíate de la intuición!

La neurocientífica Beatrice de Gelder, cuyas investigaciones se centran en una patología llamada ceguera cortical o visión ciega, realizó un experimento bastante curioso para demostrar que podemos fiarnos de la intuición.

Las personas que sufren esta patología tienen ojos perfectamente funcionales pero tienen dañada la corteza visual, que es la región del cerebro encargada de procesar las imágenes que entran por los ojos. Los motivos de dicho daño suelen ser ictus, infartos o infecciones graves. La consecuencia de esta patología es una pérdida de visión total o parcial, pero los ojos siguen enviando información al cerebro y parte de dicha información es procesada a través de otras rutas.

Para demostrar que las personas con visión ciega pueden fiarse de la intuición pidió a un paciente con pérdida de visión total que atravesara un largo pasillo lleno de trastos, sillas, cajas y otros bultos. Tanto a la ida como a la vuelta, a pesar de no poder ver absolutamente nada (al menos de forma consciente), consiguió esquivar todos los obstáculos sin ningún problema.

Los sesgos cognitivos

El otro día hablábamos sobre la intuición y aprender a vivir con dudas, y me sentía en deuda con vosotros si no hablábamos un poco sobre sesgos cognitivos. Sabemos que la intuición utiliza atajos para tomar decisiones, pero hay procesos intuitivos que introducen errores sistemáticos. Los atajos, como ya sabréis por vuestra propia experiencia, no siempre son buenos.

Como podéis ver en esta larga lista no son pocos, y aunque os animo a echarles un vistazo vamos a comentar algunos aquí para que quede un poco más claro el concepto de sesgo cognitivo. Seguro que si continuas leyendo te sientes identificado en más de uno ;)

Sesgo retrospectivo o sesgo a posteriori

Una vez ha sucedido algo tenemos cierta tendencia a pensar en ello como predecible. Era de esperar, estaba claro y frases similares hacen que creamos que la probabilidad de predicción antes del suceso es más alta de lo que realmente era. Sin embargo, si volviéramos a ese punto previo no tomaríamos decisiones diferentes. A la memoria a veces se le olvida incluir el contexto, ¡no lo olvides!o tomaríamos decisiones diferentes. A la memoria a veces se le olvida incluir el contexto, ¡no lo olvides!

Aprende a vivir con dudas

¿Te gusta tener dudas? ¿Te sientes cómodo con ellas? Para la mayoría de las personas las dudas no son algo amigable. Nos estresan y nos roban muchísima energía. Al menos hasta que, de forma racional y totalmente adivinatoria, encontramos una explicación que nos convence. El problema es que si echamos la vista atrás vemos que dicha explicación no se suele cumplir, pero rápidamente inventamos otra y así seguimos avanzando, sin dudas, y por desgracia sin mucho acierto.

Hemos creado una sociedad dependiente de la certeza. Tanto, que creemos ser capaces de predecir el futuro. Y por eso cuando hablas a la gente de la intuición, te miran raro. La intuición es algo bastante desconocido, aunque por suerte para nosotros la ciencia avanza cada día un poco más en su comprensión. La intuición no es un proceso irracional, es un mecanismo de nuestro cerebro para tomar decisiones más rápido, para lo que desprecia la información que menos relevante le parece (me recuerda un poco a la navaja de Ockham). Y se empieza a demostrar que cuando seguimos a nuestra intuición nuestras decisiones son más acertadas. Pero seguir a la intuición genera dudas que no genera la razón, y como no nos gustan las dudas…

Tenemos que empezar a vivir en armonía con la duda. Tenemos que asumir que no podemos predecir el futuro. Que hay que asumir riesgos y que a veces acertaremos y otras no. Y tenemos que empezar a tener en cuenta a la intuición en la toma de decisiones. Y cuanto más crítica sea la decisión más hay que fiarse de la intuición. Una vez leí un texto que me hizo mucha gracia por su sencillez y su acierto: