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Divide y vencerás

El otro día terminaba con un ¡prioriza y empieza! como arma contra la pereza y la procrastinación, y para no volvernos locos empezando mil cosas sin terminar ninguna. Si, lo sé, solo sirve para cosas fáciles. Quiero decir que serviría para escribir un post en nuestro blog, pero no para escribir un libro. Y en nuestra vida hay de las dos cosas así que es una pena pero…

No tienes que ser el mejor para empezar, pero tienes que empezar para ser el mejor.
Les Brown

Un momento, ¿y si le damos la vuelta?. El problema de los grandes objetivos es que nos resultan muy difíciles de manejar. Son muchísimas cosas las que tenemos que tener en cuenta y eso carga nuestra memoria de trabajo con tanta información que nos satura, impidiéndonos pensar con claridad. Si sólo pensamos en el resultado final no pondremos demasiado cariño en los detalles, y si sólo pensamos en los detalles no llegaremos nunca al final. ¿Y el escenario bueno?. ¡Divide y vencerás!

Prioriza y empieza

¿Sabías que al cerebro no le gusta dejar cosas a medias? Seguro que has jugado, o al menos has oído hablar del Tetris. Uno de los juegos más simples y absurdos (no tiene ninguna finalidad mas que ordenar piezas sin fin), y también de los más adictivos de la historia. Pues parte de su éxito se basa en la necesidad del cerebro de terminar tareas.

El Efecto Zeigarnik define la tendencia a recordar tareas inacabadas o interrumpidas con mayor facilidad que las que han sido completadas. La psicóloga Bliuma Zeigarnik se interesó por este fenómeno al observar cómo un camarero era capaz de recordar fácilmente una larga lista de pedidos pendientes, y sin embargo, difícilmente recordaba los platos que acaba de servir.

Para realizar dicho estudio tomó cierto grupo de sujetos que debían efectuar una serie de 18 a 21 tareas sucesivas (enigmas, problemas de aritmética, tareas manuales…). La mitad de esas tareas eran interrumpidas antes de que los individuos pudieran acabarlas. Eran precisamente las tareas interrumpidas y estructuradas las que los sujetos evocaban después con más fuerza. Las tareas de características inestructuradas se perdían a menudo sin dejar huella en la memoria.

Este efecto se basa en las motivaciones de terminación.