Mar 2, 2015 | Blog posts |
Después de muchos años trabajando con muchos y muy diferentes equipos aprendes a reconocer cierto tipo de patrones, y esta mañana ha aparecido uno en el equipo con el que estoy trabajando. A ver si os resulta familiar ;)
El escenario es una reunión en la que se plantea un problema y una posible solución rápida para salir del paso (las prisas del mundo de los negocios, que os voy a contar). Empiezan a aparecer diferentes supuestos y diferentes alternativas y se empieza a discutir sobre cuál podría ser la mejor opción, sin llegar a consenso. La reunión se alarga innecesariamente y al final nos damos cuenta que la última parte no ha aportado ningún valor… ¿os suena?
¿Por qué hacemos esto? Si hablamos de trabajo en equipo hay algo que no podemos olvidar y es que todo el mundo quiere aportar valor, y que este sea reconocido. El problema es que nuestro cerebro, con sus queridos sesgos cognitivos y sus mecanismos de defensa -que desvían nuestra atención para evitar todo lo que nos genera ansiedad, como puede ser confiar en un plan que no hemos pensado nosotros-, en ocasiones hace que planteemos alternativas que no aportan más valor que la idea original, aunque nos hagan sentir, equivocadamente, más seguros.
No intentes que tu opinión importe, intenta que tu opinión aporte
No hay una única forma de hacer las cosas, y cuando existe cierta incertidumbre (como en el escenario que planteaba) este número crece de forma exponencial. Todo son supuestos originados de forma defensiva: ¿y si pasa esto? ¿afectaría a lo otro? ¿has tenido en cuenta no se qué? ¿y el tiempo? Y para cada supuesto una supuesta respuesta. Todo muy bonito, todo imaginación. Nada real.
Ene 19, 2015 | Blog posts |
Siempre me ha gustado mucho el tema del liderazgo, concretamente el liderazgo emocional. Tanto, que lo considero uno de los pilares del éxito en los proyectos. Sin embargo, después de leer varios libros y de varios años de experiencia siendo liderado y, en ocasiones, liderando varios proyectos, creo que en los equipos pequeños y auto-gestionados se puede aplicar un estilo de liderazgo diferente. Algo a lo que después de varias semanas de reflexión he decidido llamar liderazgo líquido
Creo que una imagen vale más que mil palabras y por eso la foto de la cabecera ilustra perfectamente este concepto. ¿Habéis visto alguna vez una prueba de ciclismo de pista por equipos? No soy ningún experto en ciclismo pero cada vez que veo (normalmente por azar) una de estas pruebas se me ponen los pelos de punta. Trabajo en equipo en estado puro por un lado, y liderazgo líquido por otro. Todos y cada uno de los miembros del equipo son líderes y liderados durante el transcurso de la prueba.
¿Y si aplicamos esto a las empresas? Recuerdo haber hecho cosas similares (sin ser consciente de ello) y la verdad es que el resultado es increíble. Hay momentos en los que un miembro del equipo, bien por que tiene el estado de ánimo adecuado o porque es el que más conocimiento tiene sobre una fase del proyecto concreta, se pone el primero de la fila y tira de todos los demás. Cuando esta persona flojea o cuando salimos de su zona de máximo rendimiento otro coge el relevo y así hasta el final del proyecto.
Ene 4, 2015 | Blog posts |
La creación y el uso de herramientas es algo que diferencia al ser humano de otros animales. Y, como no podía ser de otra manera, el abuso también. Si bien el uso de herramientas facilita nuestro día a día, también pone a nuestra disposición un sin fin de posibilidades que hace que en numerosas ocasiones vayamos mucho más lejos de lo que verdaderamente necesitamos.
Hace unos días estaba en casa con un buen amigo y me vino a la cabeza una historia que sabía que le iba a encantar. Él es bastante simple, austero. No le gusta malgastar recursos. Le prometí que la pondría por escrito, y no se debe faltar a las promesas.
Los indios leñadores
Durante una de sus aventuras un grupo de exploradores, equipados con la última tecnología, se encontraron con un poblado indio que todavía se podía permitir el lujo de vivir al margen de la sociedad moderna. Los exploradores llevaban un traductor y decidieron, con el permiso de la tribu, quedarse unos días en el poblado para observar sus costumbres.
Los indios son gente sencilla. Cada mañana, después de desayunar, se iban al bosque y dedicaban gran parte de la mañana a talar un árbol. El resto del día lo dedicaban a cazar y por la noche cocinaban las presas en una buena hoguera hecha con la leña del árbol que habían cortado. Hacían más cosas, pero era a estas dos a las que más tiempo dedicaban. Uno de los exploradores llevaba días observando esta rutina y decidió hablar con el jefe de la tribu: