El otro días hablábamos sobre los problemas que nos surgen cuando intentamos generar nuevos hábitos. Hoy hablaremos sobre pequeños trucos que nos permitirán mejorar nuestra adherencia y fijar esos nuevos hábitos en nuestra rutina. ¿Te apuntas?
Para seguir con el mismo formato recordaremos los problemas que enumerábamos
Pérdida de motivación
La mejor forma de evitar la pérdida de motivación es tener un gran compromiso con nuestra causa. Los planes racionales, los pequeños planes, no motivan. O al menos no lo hacen en el medio ni en el largo plazo. ¿Y cómo consigo tener ese gran compromiso? ¡Mójate! Cuéntaselo a todo el mundo y comprométete a hacer algo que te «duela» si faltas a tu compromiso (el típico «te pago una cena si vuelvo a fumar», pero en lugar de hacerlo con un solo amigo hacerlo con TODOS tus conocidos). Aunque si os soy sincero, las mejores motivaciones son las intrínsecas (las que nos salen de dentro, nuestra vocación). Es muy útil saber como mejorar nuestra motivación, pero es más útil todavía encontrar lo que nos motiva de serie ;)
Olvido
Está claro, ante el olvido, ¡recordatorios! Pega post-its por las paredes, ponte alarmas en el móvil, ¡lo que sea! Pero tienen que estar a la vista. Por ejemplo, si quieres empezar a comer más sano pon un cartel que ponga ¡come sano! en la puerta de la nevera. Si quieres hacer deporte pon un ¡sal a correr! en la tele, otro en el ordenador y otro más en el sofá. Si, lo sé, es raro que a ciertas edades tengamos la casa llena de notitas… ¡bienvenidas sean las rarezas que nos hacer mejorar!
Pérdida de confianza
¡No negocies con terroristas! ¡Nunca! Cuando aparezcan esos pensamientos negativos (conocidos como voz egóica disfuncional) no les des conversación. Concédeles la más mínima oportunidad de convencerte y lo conseguirán. Es su trabajo, y sabemos de sobra que lo hacen muy muy bien. Lo bueno es que nosotros no los hemos contratado esta vez, ¿verdad? Recuerda que no puedes evitar que aparezcan (regular su intensidad y frecuencia si, ya hablaremos sobre esto otro día), pero si puedes aprender a detectarlos e ignorarlos. ¿Recuerdas cuando hablamos sobre secuestros emocionales?
Fallar y tirar la toalla
No pienses en ello con absolutismo. La generación de nuevos hábitos es un proceso iterativo. Cada vez que falles párate un momento a pensar qué fue mal y vuelve a intentarlo. Si lo necesitas pide ayuda a alguien cercano para que te «obligue» a empezar otra vez. Cada iteración estarás más cerca de tu objetivo, ¡no tires la toalla! Simplemente no lo hacemos todo bien a la primera, ¿verdad?
Distracciones
¡Elimínalas! Así de fácil. Si te distraes mirando cosas por internet mientras trabajas en el ordenador, desconecta internet. Si no puedes dejar de mirar al móvil cada vez que salta una notificación (sonido o led) quítalas. Al principio tendrás una sensación de pérdida, de falsa necesidad. Poco a poco verás como mejoran tus periodos de concentración y eso repercutirá de forma directa en la adherencia a tu nuevo hábito.
Imprevistos
Igual que cuando fallamos y sentimos la tentación de abandonar. Quizá (y sucede con bastante frecuencia) decidamos empezar a hacer deporte y a la semana nos pongamos malos. No pasa nada, la vida es así, pero asegúrate de volver a hacer deporte en cuanto te sientas mejor. Poco a poco, pero vuelve cuanto antes. Incluso si puedes, planifícalo.
Para terminar, aunque no incluí el aburrimiento como problema si quiero incluir la diversión como solución. Si conseguimos hacer que sea divertido (y hay mil formas, simplemente tenemos que querer que lo sea) nunca perderemos la motivación. ¿A quién no le gusta divertirse?
Tampoco nos olvidaremos porque nuestro sistema de recompensa nos recordará con frecuencia que lo hagamos ¡porque mola! ¿Perder la confianza? ¿Alguien ha tenido alguna vez pensamientos negativos cuando se lo está pasando bien? Tampoco he visto nunca a nadie decir «no voy a intentarlo más, es super-divertido pero como no me ha salido bien…». Fíjate en un niño jugando,¿distracciones?
Cuando nos lo estamos pasando bien tenemos un alto grado de concentración en el presente. ¡Haz que sea divertido y mejoraras mucho tu nivel de concentración! Y bueno, contra los imprevistos no se puede luchar… aunque siempre es más fácil retomar una tarea si los recuerdos que tenemos sobre ella son buenos, ¿no?
Espero que estos pequeños trucos os sirvan para conseguir crear nuevos hábitos en vuestra vida que os hagan mejorar en lo que vosotros queráis. No seré yo quien elija esos hábitos por vosotros ;)
Me ha gustado
Muchas gracias Carmen!