Seleccionar página

La neurocientífica Beatrice de Gelder, cuyas investigaciones se centran en una patología llamada ceguera cortical o visión ciega, realizó un experimento bastante curioso para demostrar que podemos fiarnos de la intuición.

Las personas que sufren esta patología tienen ojos perfectamente funcionales pero tienen dañada la corteza visual, que es la región del cerebro encargada de procesar las imágenes que entran por los ojos. Los motivos de dicho daño suelen ser ictus, infartos o infecciones graves. La consecuencia de esta patología es una pérdida de visión total o parcial, pero los ojos siguen enviando información al cerebro y parte de dicha información es procesada a través de otras rutas.

Para demostrar que las personas con visión ciega pueden fiarse de la intuición pidió a un paciente con pérdida de visión total que atravesara un largo pasillo lleno de trastos, sillas, cajas y otros bultos. Tanto a la ida como a la vuelta, a pesar de no poder ver absolutamente nada (al menos de forma consciente), consiguió esquivar todos los obstáculos sin ningún problema.

Como ya anunciaba Platón con el Mito de la Caverna la realidad no es real, sino interpretada. Lo que pensamos que estamos viendo no es más que una interpretación de nuestro cerebro sobre una serie de estímulos visuales provocados en nuestros ojos por la luz. No hay que dar por sentado lo que vemos, ni descartar a la primera lo que no podemos ver.

Supongo que ha quedado claro que soy un gran defensor de la intuición, y ya para terminar me gustaría salirme un poco del tema. Aunque tenemos 5 sentidos hay uno predominante, la vista. Tenemos demasiada dependencia con la vista y a veces olvidamos el resto de sentidos. Tenemos que escuchar más, que oler, probar y tocar con plena conciencia de lo que estamos haciendo.

Dale una manzana una persona normal y te dirá que es redonda y verde. Dale esa misma manzana a un ciego y te dirá que es redonda, más bien fría, bastante dura, lisa, suave y con un olor muy característico. Si los que podemos ver utilizáramos, además, el resto de los sentidos…