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Hace un par de semanas tuve el gran placer de poder compartir mi experiencia con unos estudiantes de grado medio, que pocos días después empezarían un periodo de tres meses de prácticas para concluir su formación de dos años y adentrarse de lleno en el mundo laboral.

Me costó mucho elegir el tema, pero al final lo conseguí y me gustó el resultado, así que he decidido hacer una serie de entradas en el blog con el contenido de la charla. ¡Espero que os gusten!

Empecé con un par de reflexiones.

Nunca os quedéis parados por no poder hacer algo perfecto. Algo un poco menos perfecto, pero terminado, siempre será mejor que algo supuestamente perfecto sin acabar. 

Me costó mucho preparar la charla. Me habría resultado muy sencillo contar algunas cosas técnicas, incluso hablarles de alguno de los muchos proyectos en los que he participado. Pero mi objetivo no era enseñarles nada, si no intentar motivarles para que empezaran su carrera profesional con ganas, con la esperanza de que con esfuerzo y trabajo se puede conseguir casi cualquier cosa.

Escribí una primera versión de la charla que no me convencía, pero lo hice. Lo hice hasta el final. Creo que no hay que dejar algo a medias solo porque no nos salga bien. Las cosas pocas veces salen bien a la primera, pero para que lo hagan, antes o después hay que pasar por esa primera vez. Atreverse a fallar, a hacer algo imperfecto. Pero hacerlo.

Gracias a eso pude permitirme el lujo de, dos días antes, tirarlo todo abajo y reescribir la charla por completo. Y esa fue mi segunda reflexión.

Cuando algo no os termine de encajar y ya le hayáis dado unas cuantas vueltas, tirarlo abajo y empezar de cero. Si era el camino correcto terminaréis volviendo a el, y solo habréis perdido un poco de tiempo. Si no lo era habréis tenido la gran suerte de salir de una carretera cortada, y eso vale su peso en oro.

Que miedo nos da empezar de cero, tirarlo todo abajo. Siempre intentamos arreglar las cosas haciendo pequeñas modificaciones, poniendo pequeños parches. Sin embargo, creo firmemente que hay cosas que no se pueden arreglar. Pero siempre se pueden volver a construir, con la ventaja de la experiencia acumulada.

Y después de estas dos reflexiones empecé la charla. Durante los casi 14 años que llevo trabajando me han ido acompañando una serie de frases. En la máquina de café, en la comida, después de una reunión. Siempre, sin importar el proyecto ni el cliente, antes o después alguien soltaba alguna de esas frases.

Elegí tres de ellas, las que más me han hecho pensar durante todo este tiempo, y decidí compartir con ellos mi punto de vista. Y lo compartiré con vosotros también, como os decía, con una serie de post que iré publicando en los próximos días.

¡Estad atentos! Os gustarán ;)

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Foto de cabecera: http://ambitosmasterorientacion.blogspot.com.es/2015/12/mundo-laboral.html