Seleccionar página

Siempre me ha gustado mucho el tema del liderazgo, concretamente el liderazgo emocional. Tanto, que lo considero uno de los pilares del éxito en los proyectos. Sin embargo, después de leer varios libros y de varios años de experiencia siendo liderado y, en ocasiones, liderando varios proyectos, creo que en los equipos pequeños y auto-gestionados se puede aplicar un estilo de liderazgo diferente. Algo a lo que después de varias semanas de reflexión he decidido llamar liderazgo líquido

Creo que una imagen vale más que mil palabras y por eso la foto de la cabecera ilustra perfectamente este concepto. ¿Habéis visto alguna vez una prueba de ciclismo de pista por equipos? No soy ningún experto en ciclismo pero cada vez que veo (normalmente por azar) una de estas pruebas se me ponen los pelos de punta. Trabajo en equipo en estado puro por un lado, y liderazgo líquido por otro. Todos y cada uno de los miembros del equipo son líderes y liderados durante el transcurso de la prueba.

¿Y si aplicamos esto a las empresas? Recuerdo haber hecho cosas similares (sin ser consciente de ello) y la verdad es que el resultado es increíble. Hay momentos en los que un miembro del equipo, bien por que tiene el estado de ánimo adecuado o porque es el que más conocimiento tiene sobre una fase del proyecto concreta, se pone el primero de la fila y tira de todos los demás. Cuando esta persona flojea o cuando salimos de su zona de máximo rendimiento otro coge el relevo y así hasta el final del proyecto.

Quiero desarrollar un poco más este estilo de liderazgo e investigar un poco para ver si existe algo parecido y sacarle partido. Los equipos pequeños tienen muchas ventajas, pero si el proyecto se alarga mucho en el tiempo a menudo aparecen conflictos. Antes o después todos quieren tener su momento de gloria y lejos de rechazarlo ¡hay que aprovecharlo! ¿Por qué no?

La clave es ver el liderazgo como un rol, y no como una persona. Y todo el mundo puede, y debe liderar el proyecto en algún punto. No solo tendremos siempre a la cabeza alguien con ganas de tirar del resto del equipo, si no que además reforzaremos, y mucho, el sentido de pertenencia al equipo. Todos seremos piezas clave en algún momento y eso repercute en nuestra motivación

Como os decía quiero seguir desarrollando un poco todo esto. No creo que sirva para todos los equipos, al menos no sin un mentor que supervise el proceso. El afán de protagonismo, el reconocimiento social y otras interacciones pueden generar colisiones difíciles de controlar entre los miembros del equipo. Sin embargo, con un equipo de personas humildes y con ganas de hacer las cosas bien… lo dicho, se me ponen los pelos de punta sólo de pensar en el rendimiento que se podría obtener, sin olvidarme de la satisfacción de formar parte de un equipo así de engrasado.

¿Qué opinas? ¡Cualquier aportación será bien recibida!

Foto de portada: Coldeportes Claro