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El problema no es apuntar muy alto y fallar. El problema es apuntar muy bajo, y acertar

Me encantan los aforismos, y este es uno de mis favoritos en cuanto a forma de vida se refiere. ¿Sabéis que en el trabajo ganamos el dinero que creemos merecer? También tenemos el puesto que queremos, y la casa, el coche… No me creéis, ¿verdad? Lo curioso es que si esto no fuera cierto, todo el mundo a mi alrededor debería estar buscando un cambio de trabajo y estudiando para adquirir o mejorar ciertas competencias hasta alcanzar esos objetivos. Una vez alcanzados pararían, así que si la mayoría de personas están ya paradas debe ser que han encontrado sus objetivos… ¿no?

Lo sé, es duro y no lo vamos a asumir. Buscaremos excusas que justifiquen nuestro comportamiento y nuestros resultados. Es imposible ganar X, muy pocos llegan a ser Y, esa casa es solo para los ricos, hago todo lo que puedo… Pero entonces, ¿qué pasa con los que si llegan? ¿quiénes son? No voy a decir que no existan diferencias en función de nuestros orígenes, pero al margen de la dificultad, los que llegan son los que luchan. ¡Los que no abandonan nunca! El problema es que queremos los resultados sin andar el camino. Queremos sacar fotos del amanecer sin madrugar. Queremos saber pero no queremos aprender, y eso se cae por su propio peso.

Por desgracia en la sociedad occidental nos engañan desde pequeños; tú estudia una carrera y luego a trabajar toda la vida. O un módulo, formación profesional, master o lo que sea. Lo que nadie nos dice es que si queremos alcanzar nuestros objetivos nunca podremos dejar de estudiar, porque necesitaremos aprender muchas cosas y eso solo se consigue estudiando. O practicando, que para el caso es lo mismo. Un pianista no llega a ser un virtuoso si no toca varias horas al día durante toda su vida. Y si eso te resulta demasiado duro es que nunca has querido ser pianista ;)

No apuntes bajo porque te resulte fácil o cómodo. Sincérate contigo mismo, guarda un momento la razón en un baúl y revisa tus objetivos desde el corazón. Asume que no será fácil y empieza, pasito a pasito, a acercarte a tus sueños. ¡Y no pares nunca! Y si por casualidad lo consigues ¡vuelve a soñar! Estamos diseñados para estar en movimiento, y solo en movimiento funcionamos bien.

Los tunicados son unos animales marinos cuya única actividad es filtrar el agua para obtener los nutrientes necesarios para sobrevivir. No tienen cerebro, y no lo necesitan porque no se mueven mas que para bombear el agua que filtran (movimiento controlado por un pequeño sistema nervioso). Lo curioso es que sus crías si tienen cerebro. Unos pequeños renacuajos ¡con la capacidad de moverse! Y necesitan moverse para encontrar un buen lugar donde asentarse y pasar el resto de sus vidas bombeando agua. Una vez encontrado se aposentan para toda la vida y, como ya no va a ser necesario, absorben su propio cerebro.

Tu eliges, pero yo de ti ¡no me quedaría quieto mucho tiempo!